lunes, 29 de diciembre de 2008

El par para torpes

El par para torpes.

Puede parecer un título presuntuoso o excéntrico, pero siempre me hizo mucha gracia una colección de divulgación informática que contaba con la colaboración de Antonio Fraguas (Forges) y que eran del estilo "El Güindos para torpes", "El Excel para torpes"... modesto homenaje a él...

Esto del par es uno de los grandes misterios de la vida.

Cuando no sabes nada, piensas que el par no cuenta, y que lo único que vale es la potencia.

A medida que vas siendo un "conocedor" te percatas de que a lo mejor sí que sirve para algo... motores con más par andan mejor... los caballos diesel valen más que los gasolina...

Puedes llegar a convencerte de que el par es lo fundamental, lo único, lo realmente importante en la vida. No hay par y no hay fuerza, se acabó.

Pasa el tiempo y descubres que en realidad no servía para nada, que dame la potencia y déjate de pares...

Vamos a ir un poco más allá. El par no nos importa porque lo que mueve el coche es la potencia, o si queréis el par, pero el par que llega a las ruedas, no el que circula por el embrague. La caja de cambios nos trastoca todos los cálculos previos... hechos a partir de las curvas de los bancos...

Pero tampoco podemos decir que el par no sirve para nada. Lo que sí sirve, y en mucho –modesta opinión- es la forma de la curva de par. ¿Sorpresa? Quizá no; para mí la forma de la curva nos indica el carácter del motor.

Para no tener bronca desde ya (VAG-Alfa, bancos sí o no...), no voy a meter a motores de coche en el ajo. Van a ser de moto Y –repito- no os fijéis en los valores absolutos, sino en la forma de las curvas.

Empecemos con un motor turístico:


Observad dónde tiene el máximo de par: aproximadamente en el medio de la curva. A mitad de régimen ese motor tendrá el óptimo rendimiento, y una agradable banda de utilización desde el punto de par máximo hasta el de potencia máxima. Buenos medios para hacer turismo a medio régimen, con poco ruido y consumo.

Vamos a ver uno deportivo:


Observad la curva roja de par... ahí hay dos motores... uno hasta 6.000 rpm y otro después. Cerca de las 6.000 hay un brusco salto de par... y ved que sube como 20 CV en 500 rpm, como 30 un poco después. Hay un motor abajo (limitado, corto, no dice nada, no tiene "chicha") y otro después (sensacional, emocionante, orgiástico). Lo “divertido” (deportivamente hablando) es llevar el motor entre el punto de par máximo y el de potencia máxima... entre 7000 y 8800, pongamos, “allá arriba”. Ello causa -indirectamente- que el esforzado piloto trate de llevar el motor en la "zona buena" (que es lo que le gusta a ese motor, con ése carácter) y claro... luego pasa lo que pasa... las motos a tope de régimen en la última marcha corren mucho, pero mucho mucho...

Y esto ¿qué demonios es?


Pues una “custom”, una de esas motos grandotas tipo Harley Davidson, para pasear por los bulevares en marchas largas –larguísimas- mientras podemos casi contar las pistonadas. Entra el par desde muy, muy abajo (para los parámetros moteros) y el ritmo de incremento de potencia va reduciéndose a medida que aumentamos el régimen. En estas motos apetece “pasear” a regímenes bajos, más que subirlas de vueltas. Es el carácter del motor... definido por la curva de par.

Y a mí ¿cuál me gusta?

Pues, por ejemplo, ésta:


En realidad no parece haber un punto de par máximo, sino una amplia banda en que se mantiene prácticamente horizontal y en el valor máximo. Muy difícil de hacer... pero muy adecuado para llevar una moto (delicado trabajo).

Al ser la curva de par “plana” resulta que la fuerza entregada a la rueda en un amplísimo rango de revoluciones es siempre prácticamente la misma, lo que permite una muy fácil dosificación del acelerador, sin caballos que acudan “desbocados”

Este tipo de motores son a menudo tachados de “sosos”, “eléctricos”, “aburridos” o “sin patada”. En fin... siempre he sido un incomprendido...

Para volver al tema de los coches, vamos a poner un TD moderno (y acabo ya):


Señores... observad el pico de par... y qué le pasa a la potencia ahí: salta literalmente más de 50 CV en un estrecho rango de revoluciones: es la “patada” tan querida por algunos. Después del “salto” al hiperespacio... la curva de par decae rápidamente... y la potencia, aunque sí aumenta, ni mucho menos lo hace en otros 50 CV; podemos hablar (a ojo) de 50 CV en 300 rpm, y 30 CV en las siguientes 2.000. Motores “delicados” de llevar al límite, que te transmiten grandes sensaciones en el momento de la patada y muy adecuados para llanear con gran reserva de potencia (dispones de casi toda sin más que estar por encima del punto de par máximo).

Ya, ya sé que no estoy descubriendo la Coca-Cola, pero si a alguien le sirve de algo...

Saludos a todos los novatos, Greybeard divulgativo.

Fuente: http://www.forocoches.com/. Gracias Greybeard.

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